domingo, 26 de abril de 2009

Autómatas

Según la RAE, autómata: (Del lat. automăta, t. f. de -tus, y este del gr. αὐτόματος, espontáneo)"Máquina que imita la figura y los movimientos de un ser animado".

El interés del hombre por crear vida artifical es intrínseco a su persona, y los autómatas son una muestra de ello. Según la tecnología ha ido avanzando a lo largo de la Historia, los ingenios mecánicos han conseguido mejorar hasta los actuales robots con casi "vida propia", dotados de inteligencia artificial.

Los primeros ejemplos de autómatas se registran en el antiguo Egipto. El interés de causar admiración y miedo ante los súbditos hizo que en este tiempo se construyesen múltiples estatuas de dioses y reyes que eran capaces de despedir fuego de sus ojos o mover los brazos. En el año 1500 a.C., Amenhotep construye una estatua de Memon, el rey de Etiopía, que emite sonidos cuando la iluminan los rayos del sol al amanecer.

En China King-su Tse en el 500 a.C. inventa una urraca voladora de madera y bambú y un caballo de madera que salta. El tesoro de Chin Shih Hueng Ti(206 a.C.)consistía en una orquesta mecánica de muñecos.

En la Grecia clásica se aplica la energía hidráulica para crear un movimiento más espectacular en sus autómatas. Herón de Alejandría (10 d.C.-70 d.C.) explica la creación de estos mecanismos, muchos basados en los principios de Philon o Arquímedes, realizados fundamentalmente como entretenimiento y que imitaban el movimiento, tales como aves que gorjean, vuelan y beben o estatuas que sirven vino. Archytar de Tarento en el 397 a.C., construye un pichón de madera suspendido de un pivote, el cual rotaba con un surtidor de agua o vapor, simulando el vuelo.

Roma lleva a la máxima expresión lo aprendido en Grecia. Allí, existía la costumbre de hacer funcionar juguetes automáticos para deleitar a los huéspedes. Trimalco ofreció en su famoso banquete, pasteles y frutas que arrojaban un chorro de perfume cuando se hacía una ligera presión sobre un príapo de pasta, en cuyo regazo estaban colocados pasteles y frutas.

La cultura árabe, heredó y difundió los conocimientos griegos, utilizándolos no sólo para realizar mecanismos destinados a la diversión, sino que les dieron una aplicación práctica, introduciéndolos en la vida cotidiana de la realeza. Ejemplos de estos son diversos sistemas dispensadores automáticos de agua para beber o lavarse. Al-Jazari (1260), inventor de los primeros relojes mecánicos,creó un complejo reloj-elefante, animado por seres humanos y animales mecánicos que se movían y marcaban las horas.

Abu'l Izz Isma'il al-Jazari, Reloj-Elefante

También de este período son otros autómatas, de los que hasta nuestros días sólo han llegado referencias no suficientemente documentadas, como la cabeza parlante de Roger Bacon (1214-1294) o el hombre de hierro de Alberto Magno (1204-1282), que le servía como mayordomo. Era capaz de andar, abrir la puerta y saludar a los visitantes. En el año 1235, Villard d’Honnecourt escribe un libro con bocetos que incluyen secciones de dispositivos mecánicos, como un ángel autómata, e indicaciones para la construcción de figuras humanas y animales. Otro ejemplo relevante de la época fue el Gallo de Estrasburgo que que funcionó desde 1352 hasta 1789. Este es el autómata más antiguo que se conserva en la actualidad, formaba parte del reloj de la catedral de Estrasburgo y al dar las horas movía el pico y las alas.

Gallo de Estrasburgo

Durante los siglos XV y XVI algunos de los más relevantes representantes del Renacimiento se interesan por los ingenios descritos y desarrollados por los griegos. Leonardo Da Vinci (1452-1519)crea dos autómatas dignos de destacar: el primero con forma completamente humana, vestido con una armadura medieval, diseñado alrededor del año 1495, aunque no fue construido. El segundo, más conocido, es el León Mecánico construido petición de Francisco I, Rey de Francia, para facilitar las conversaciones de paz entre el rey francés y el papa León X. El león anduvo de una habitación a otra donde se encontraba el monarca, abrió su pecho y todos pudieron comprobar que estaba lleno de lirios y otras flores, representado así un antiguo símbolo de Florencia (el león) y la flor de lis que Francia regaló a la ciudad como señal de amistad.

En España es conocido el hombre de palo construido por Juanelo Turriano en el siglo XVI para el emperador Carlos V. Este autómata con forma de monje, andaba y movía la cabeza, ojos, boca y brazos. Además, recorría las calles pidiendo limosna para su dueño haciendo una reverencia cuando la conseguía.

Durante los siglos XVII y XVIII se crearon ingenios mecánicos que tenían alguna de las características de los robots actuales. Estos dispositivos fueron creados en su mayoría por artesanos del gremio de la relojería. Su misión principal era la de entretener a las gentes de la corte y servir de atracción a las ferias. A partir del siglo XVIII el desarrollo de los automatismos es impresionante, en muchas máquinas se utilizan elementos mecánicos como podían ser los programadores cíclicos (organillos) en los cuales se definía la secuencia de operaciones.Estos autómatas representaban figuras humanas, animales o pueblos enteros. Así, en 1649, cuando Luis XIV era niño, un artesano llamado Camus (1576-1626) construyó para él un coche en miniatura con sus caballos, sus lacayos y una dama dentro y todas las figuras se podían mover perfectamente. Salomón de Camus también construyó fuentes ornamentales y jardines placenteros, pájaros cantarines e imitaciones de los efectos de la naturaleza.

Según P. Labat, el general de Gennes construyó en 1688 un pavo real que caminaba y comía. Este ingenio pudo servir de inspiración a Jacques de Vaucanson (1709-1782) para construir su increíble pato mecánico. Vaucanson era un excelente relojero, con amplios conocimientos de música, anatomía y mecánica, y quería demostrar mediante sus autómatas la realización de principios biológicos básicos, tales como la circulación, la la digestión o la respiración; sobre esta última función versó su primera creación “El Flautista” figura con forma de pastor y de tamaño natural que tocaba el tambor y la flauta con un variado repertorio musical. Vaucanson lo presentó en la Academia de Ciencias Francesa cosechando un gran éxito. Más tarde, en 1738, crea su segundo autómata llamado “El Tamborilero” como una versión mejorada del primero. En esta ocasión la figura tocaba la zampoña de Provenza y el tamboril con veinte melodías distintas. El tercero y más famoso de sus autómatas fue “El pato con aparato digestivo” transparente y compuesto por más de cuatrocientas partes móviles y que batía las alas, comía y realizaba completamente la digestión imitando al mínimo detalle el comportamiento natural del ave. Según Sir David Brewster en un escrito de 1868, describe este pato diciendo que es "la pieza mecánica más maravillosa que se haya hecho". Pasados los años, Vaucanson, cansado de su propia obra, vendió las figuras en 1743. Vaucanson también construyo varios muñecos animados, entre los que destaca un flautista capaz de tocar melodías. El ingenio consistía en un complejo mecanismo de aire que causaba el movimiento de dedos y labios, como el funcionamiento normal de una flauta. Por instigación de Luis XV, intento construir un modelo con corazón, venas y arterias, pero murió antes de poder terminar esta tarea.

Los autómatas de Vaucanson

El relojero suizo Pierre Jaquet Droz (1721-1790) y sus hijos Henri-Louis y Jaquet construyeron diversos muñecos capaces de escribir (1770), dibujar (1772) y tocar diversas melodías en un órgano (1773). Éstos se conservan en el museo de arte e Historia de Neuchâtel, Suiza.


- El primero de ellos, “La Pianista”, es un autómata con forma de mujer que toca el órgano, con la particularidad de que es la propia figura la que intepreta las obras pulsando las teclas con sus dedos sin tener el sonido pregrabado o procedente de otro lugar. Compuesta por 2.500 piezas podía mover los ojos dirigiendo la mirada del piano a los dedos, inclina el cuerpo, respira y al finalizar cada tema hacía una reverencia.

- El Dibujante, por otra parte, estaba compuesto por unas 2.000 piezas, tenía forma de niño sentado en un pupitre y podía realizar hasta cuatro dibujos distintos, pasando por todos los pasos del dibujo académico (esbozo con lápiz, repaso de las líneas, sombreado y retoques finales). Al igual que el anterior imita el comportamiento mientras realiza la tarea moviendo los ojos, las manos o incluso soplando en el papel para eliminar los restos del polvo del lápiz. Los cuatro dibujos que podía realizar el autómata eran un retrato de Luis XV, una pareja real, un perro y a Cupido subido encima de una carroza tirado por una mariposa.

- "El Escritor" es el último, y más complejo de los autómatas, su mecanismo está compuesto por más de 6.000 piezas y seis años de trabajo. Este diseño es la evolución de uno anterior construido por los Maillardet, también con forma de niño, y que podía escribir en inglés y francés y realizar algunos dibujos. La versión de Jaquet-Droz podía escribir utilizando la pluma gracias a una rueda integrada en su mecanismo interno donde se seleccionaban los caracteres uno a uno pudiendo escribir así pequeños textos de unas cuarenta palabras de longitud. Como los anteriores, realizaba movimientos propios de un ser humano como mojar la tinta y escurrir el sobrante para no manchar el papel, levantar la pluma como si estuviera pensando, respetando los espacios y puntos y aparte, además de seguir con la mirada el papel y la pluma mientras escribe.


La fama de los autómatas de Von Knauss y Jaquet-Droz llevó a muchos ilusionistas y prestidigitadores a incorporar trucos con autómatas en sus espectáculos. Es el caso de Jean Eugène Robert-Houdin que creó varios autómatas que, aunque mecánicos, estaban más cerca del mundo de la magia. Cabe destacar un busto cantante donde se mostraba un sistema de engranajes con el que se decía que la figura cantaba, aunque la realidad es que detrás de ese mecanismo se encontraba una cantante auténtica. También fue responsable de un autómata escritor que dibujaba lo que el público le pedía o el truco del autómata llamado “El Pastelero del Palais Royal” que traía al mago todos los platos y bebidas que este le pedía, entre otros muchos.

Los Maillardet (Henri, Jean-David, Julien-Auguste, Jacques-Rodolphe) entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, construyen un escritor-dibujante, con la forma de un chico arrodillado con un lápiz en su mano, escribe en inglés y en francés y dibuja paisajes. Construyen un mecanismo "mágico" que responde preguntas y un pájaro que canta en una caja.



A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX se siguieron creando autómatas de todo tipo, pero la realidad es que no fueron tan elaborados como sus antecesores y estuvieron más guiados al mundo del espectáculo. Entre los más importantes caben destacar “La pareja” de Alexander Nicolas Theroude, los autómatas animales de Blaise Bontems, las figuras que realizaban pequeños trucos de magia o la encantadora de serpientes de Roullet & Decamps, el fumador turco de Leopold Lambert, los escarceos con el mundo de los autómatas de científicos como Nikola Tesla y su robot sumergible con mando a distancia o el autómata caminante de George Moore con forma humana y movido por la fuerza del vapor que podía recorrer distancias a casi 9 millas a la hora. Finalmente, con el estallido de la Primera Guerra Mundial la industria de los autómatas desaparece y no renacerá hasta la llegada de los modernos robots.

http://www.automates-anciens.com/automatas-cajas-musica/cajas-musica-automatas/automatas-cajas-musica.htm

1 comentario:

  1. La historia de los automatas es muy interesante, gracias por darte el tiempo de escribir este articulo.

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