jueves, 18 de junio de 2009

Los poderes del castóreo

En la griego antiguo κάστωρ designaba a uno de los Dioscuros. A partir del nombre de esta divinidad protectora de las mujeres pasó a designar el castóreo y finalmente el propio animal; con estos valores pasó a latín en el s. I a.C., luego al castellano medieval. El castóreo es una materia olorosa segregada por un par de glándulas internas del castor. Es una sustancia oleosa y lustrante que le permite al animal engrasar su pelaje para protegerlo de las agresiones exteriores. Antiguamente estaba muy extendido en Francia, pero ahora el castor solamente vive en Norteamérica, Canadá y Rusia. Se caza en enero, ya que es la época en que más bella está su piel. Su pelaje es lo más apreciado, ya que las bolsas se consideran como un producto secundario. Éstas pesan unos cien gramos y su talla varía en función de la edad del animal. Dicen que fue Nostradamus quien descubrió que la sustancias que segregan las glándulas del castor fijaban los olores y hacían a los perfumes más perdurables y seductores. Y es que el castóreo constituye un excelente fijador en las composiciones perfumadas. Se utiliza en tintura alcohólica, a partir de las bolsas trituradas o bien directamente en forma de resinoides. Pone una nota animal, cálida próxima al cuero, que los perfumistas utilizan en composiciones orientales, chypredas o masculinas.

Ilustración de Herman Moll

En la cultura popular, se conoce una leyenda asociada a la caza del castor: se decía que, un castor, sabiéndose acorralado por un cazador interesado en obtener el castóreo, prefirió arrancarse los testículos con los dientes, lugar en el que se decía que albergaba la preciada sustancia, con el fin de, aún a costa de perder la vida, menoscabar el trofeo de su perseguidor.
(...)"Existe una bestia llamada castor, un poco mayor que una liebre, según creo, muy mansa y de gran prudencia; no es un animal doméstico, sino salvaje, y se hacen con sus testículos medicamentos para varios usos. Cuando es perseguido por el cazador, y acosado hasta tal punto que ve que no puede huir, se apresura entonces a cortar tales órganos de un solo mordisco: de semejante guisa, rescata su vida. Dios le ha dado la gracia suficiente para saber por qué se le persigue; así, se redime a alto precio, mediante sus propios miembros. Los deja ante el cazador, y éste no se lanza ni sigue persiguiéndole, sino que abandona la persecución, pues ya tiene lo que buscaba, De tal forma, rescata su vida y su cuerpo mediante una parte de éste. Y si ocurriera otra vez que volviera a encontrarse en semejante trance, perseguido por un cazador codicioso de sus miembros, al llegar a la angustiosa situación de no poder seguir huyendo, de inmediato se tendería boca arriba, y mostraría al cazador que nada tiene de lo que él busca, y así lo haría cesar en su acoso".

Esta anécdota se encuentra recogida, también en El Quijote:
[...] que había imitado al castor, el cual, viéndose acosado de los cazadores, se taraza y harpa con los dientes aquello por lo que él por distinto natural sabe que es perseguido [...]

Folio 11 recto del Bestiario de Aberdeen. En la primera miniatura aparece el castor autocastrándose antes de ser abatido por los cazadores.

En el Libro de los Medicamentos Simples de la Biblioteca Nacional de Rusia se halla esta definición de sus propiedades:
El castóreo es caliente en tercer grado y seco en segundo. El castóreo son los genitales de una animal llamado castor. Hay algunos que dicen que cuando este aimal siente que los cazadores le siguen para conseguir sus testículos, se los arranca y los tira, pero esto no es verdad, porque este animal no tiene tanto sentido, además que los cazadores lo persiguen más por su piel que por sus genitales.

(...) Cuando se han cortado los testículos al castor se deben poner en un lugar umbrío. Hay que saber que los testículos del castor joven no tienen tanta virtud como los de los castores viejos, y que el castóreo es blando y blanco. Cuando el castóreo tiene la edad adecuada es cuando es de un animal de un poco más de la edad intermedia, pues entonces es de una gran virtud, porque el que es de castor viejo no es de tanta eficacia. Hay algunos que lo falsifican de la siguiente manera: toman la piel donde se ha puesto el castóreo y un testículo joven, y luego lo llenan de sangre y de nervios. Hay otros que le ponen sangre tierra y tiza. Mejor aún lo falsifican si le añaden sangre, sagapeno, nervios y pimienta. Esta última la añaden para que tenga un sabor fuerte. Se debe elegir el castóreo que tenga un sabor moderadamente fuerte, puesto que si lo tiene muy fuerte no se debe elegir. Si tiene sabor como de tierra es que no es puro ni bueno, sino que está falsificado, lo mismo que si tiene por el medio nervios mezclados. El castóreo bueno debe tener un sabor moderadamente fuerte, viscoso y muy horrible, y debe tener nervios mezclados por todas partes y pegados a las pieles de todos los lados. Se puede guardar durante seis años manteniendo toda su virtud, pero es conveniente que se haga nuevo siempre que se pueda. Para añadirlo en un medicamento se le debe quitar la piel de fuera y tomar sólo lo que hay dentro.

El castóreo tiene virtud de separar, desgastar y atenuar los humores, en especial de confortar los miembros nerviosos.
- Contra la epilepsia y otras enfermedades frías de la cabeza, se debe meter media dracma de castóreo por la nariz. Se puede también dar a beber una cantidad de dos o tres dracmas con jugo de ruda o con el vino donde se haya cocido esta planta.
- Contra la parálisis de la lengua, se debe poner polvo de castóreo debajo de ella, y se debe mantener allí hasta que se disuelva, se funda, se licúe y se deshaga por si mismo.

- Contra la parálisis de todo el cuerpo se debe dar a beber el vino donde se haya cocido castóreo, ruda y salvia.

- Contra la parálisis de un miembro se debe hacer muy a menudo una fomentación con el vino donde se haya cocido el castóreo alrededor del bajo vientre, y también se puede poner directamente allí esta sustancia.

- Contra la gonorrea se debe cocer en jugo de sauzgatillo con un poco de vino agrio, y aplicar esta preparación a menudo en forma de emplasto sobre el bajo vientre, los riñones y la verga.

- Contra la letargia se deben provocar estornudos con castóreo, lo que hace moverse al cerebro y lo conforta. También se puede hacer una confección con castóreo, menta y jugo de ruda con vino agrio, se afeita la cabeza al enfermo, luego se frota bien fuerte con la confección la parte de detrás, y por último se pone encima de ella. También se puede poner su polvo con jugo de ruda dentro de la nariz o que el enfermo aspire el vapor de castóreo.

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