a) Exvotos industriales o artesanales, en los que constan reproducciones de partes del cuerpo y órganos en diferentes materiales.
b) Objetos relacionados directamente con la dolencia, como pueden ser bastones y prótesis, y si no se trata de enfermedad, puede incluirse en esta categoría objetos relacionados con la situación angustiosa.
c) Objetos personales o del propio cuerpo, como pueden ser las piezas dentales, los cálculos renales, mechones de cabello, vestimenta de bodas, medallas, uniformes militares,etc.
d) Cuadros, fotografías o textos, que narran el motivo del ofrecimiento. Partimos de la noción de que los exvotos surgen de una conciencia profundamente religiosa. En este sentido entendemos que la religión hace referencia a creencias y prácticas relacionadas a seres, fuerzas o poderes sobrenaturales.
Se trata de un fenómeno ante todo cultural, es un conjunto ordenado de creencias, símbolos y valores, a partir de los cuales los seres humanos se relacionan con el mundo que los rodea. Por lo tanto la religión no hace referencia tan sólo a la creencia en poderes o fuerzas que están más allá de los seres humanos, pues estas fuerzas o seres, considerados como sobrenaturales o sobrehumanos, se interrelacionan con los hombres. Es así que, en el marco de estas relaciones, se tiene la idea de que aquellos seres son conscientes de las acciones humanas y al mismo tiempo que las acciones humanas son capaces de influir en lo sobrenatural. Es claro que la religión no corresponde a un campo ajeno a los seres humanos, por el contrario la religión se manifiesta en la vida de los hombres. Según Mircea Eliade, uno de los grandes estudiosos de los fenómenos religiosos, existen dos modos de existenciaen el mundo: profana y religiosa. En el campo de lo religioso, el Hombre Religioso “asume un modo de existencia específico enel mundo (…) el homo religiosus cree siempre que existe una realidad absoluta, lo sagrado, que trasciende este mundo, pero que semanifiesta en él y, por eso mismo, lo santifica y lo hace real” Por lo tanto, si lo sagrado se manifiesta en el mundo, el hombre religioso lo que hace es sacralizarlo, y en esa sacralización del mundo se da la sacralización del espacio. Todo grupo humano tiene sus maneras particulares de representar y sacralizar el espacio, de nombrar y evocar el territorio, de marcar el espacio profano y el espacio sagrado y de encontrar el centro del mundo. Si seguimos los planteamientos de Eliade, el hombre religioso no concibe el espacio como homogéneo, sino que existe una diferenciación entre el espacio sagrado y el profano. Los hombres reaccionan, sienten y actúan de maneras diferentes en estos dos tipos de espacios, a su vez que existe toda una simbolización que acompaña al espacio sagrado. Por lo general, este espacio sagrado ha estado asociado a cerros, pirámides, tolas y construcciones majestuosas que se extienden hacia el cielo; las alturas aparecen así como el axis mundi, el lugar más cercano al cielo. Esos lugares cercanos a los dioses son, según Eliade, para el hombre religioso el único espacio real y constituyen en sí mismo el cosmos. En un sentido similar, Durkheim ya había sostenido que en todas partes el hombre clasificaba las cosas en las categorías de profano y sagrado, haciendo hincapié en las actitudes y comportamiento humanos, pero recalcando que lo sagrado y el comportamiento religioso solo adquieren sentido en su contexto cultural y religioso, de manera que actitudes aparentemente profanas pueden adquirir una significación religiosa dentro de un marco religioso, de igual manera objetos comunes y corrientes, como es el caso de los exvotos, adquieren una connotación religiosa dentro de su contexto. Ese modo de ser religioso de los hombres, (...) se expresa plenamente en la Religiosidad Popular.
Exvoto dedicado a Santa Catalina de Siena por Bernardino Luini
(...) Partimos de que la realización de los exvotos o las mandas, son formas concretas de interrelación con las fuerzas sobrenaturales, indudablemente estas relaciones no son entre iguales sino más bien asimétricas, pues los fieles reconocen su inferioridad y su imposibilidad de realizar aquello que está al alcance de las divinidades. Al mismo tiempo existe una analogía entre las relaciones de los individuos con las divinidades y las relaciones que se establecen dentro de la sociedad. Indudablemente la realización de los exvotos es una forma concreta de intercambio, los fieles ofrecen objetos de diferente índole a cambio de un favor otorgado o que se espera recibir. Pues, la misma realización de una promesa, implica la acción de ofrecer algo a cambio de otra cosa. En esta forma de reciprocidad con las fuerzas sobrenaturales, no está involucrado ni el precio ni el valor y constituye directamente una forma de reciprocidad equilibrada o balanceada, pues a diferencia de la ofrenda que es una entrega gratuita y posiblemente altruista, el exvoto adquiere surazón de existir porque se espera algo a cambio. En relación a la energía propia del don -en este caso el exvoto-, existe la obligación de devolver el favor, tomando fuerza el significado del contradon, pues el fiel después de haber recibido un favor tiene que agraciarse con las divinidades a través de diferentes caminos (mandas, ofrendas, sacrificios o exvotos), de cierta manera se trata de una obligación, pues existe la creencia arraigada de que no cumplir con una promesa a la divinidad trae consigo castigoso resentimiento de su parte. De igual forma, cuando se entrega de antemano un exvoto, unido a una súplica concreta, el fiel tiene la creencia de que el regalo a la divinidad propicia la actuación de ésta a su favor (...).
Exvoto de 1907, cartulina enmarcada en la que aparecen diferentes dibujos, la fotografía del niño Saturnino González Izquierdo, y la narración en primera persona del suceso:
“Saturnino González Izquierdo, natural de Huércanos, provincia de Logroño, hijo de Severo y Donata, nació el día 6 de febrero de 1904.
A la edad de 4 años me encontraba el día 6 de julio de 1907 en la casa de Don Modesto Iruzubieta y por fatal desgracia de caerme al fuego, hallándose presente D. Hermenegildo Iruzubieta (el cual es ciego) hacía las once de la mañana, asistiéndome don Enrique García, Médico de Huércanos, apercibiéndome varias quemaduras de segundo y tercer grado en la región lumbar, glútea y muslos, en el bajo vientre y en las ingles, calificadas de gravedad, y en este estado, mis desconsolados padres tomando los medios que la Divina Providencia expone, hicieron votos a San Antonio de Padua para que me librase de la muerte. Sus ruegos fueron atentamente escuchados por el Santo, que hizo el portentoso milagro de ponerme a salvo de 7 meses de postración en el lecho del dolor.Para honrar a San Antonio glorioso por tan humilde milagro ofrezco mi cuerpo y alma en testimonio de mi agradecimiento, a la vez que le ofrezco mi retrato en prueba de estar completamente restablecido.
Huércanos, 25 de noviembre de 1907. Saturnino González Izquierdo”.
Era hijo de Severo González Nájera, de Bezares, y de Donata Izquierdo Estecha, de Huércanos; vecinos de esta última villa desde su matrimonio el 14 de mayo de 1886. Sus hermanos eran: Marciana (1887), Marciana (1891), Ascensión (1893), Rosario (1896), Estanislaa (1899) y Francisca (1900).Se desconocen noticias de su vida desde que, en 1925, resulta emancipado de la tutela de su madre; ya que su padre, albañil, muere siendo él muy niño.
Exvotos desde una visión antropológica: El Don y la Reciprocidad, Por Gabriela Eljuri Jaramillo
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