lunes, 25 de mayo de 2009

Exvotos

Llama la atención que el término exvoto sea uno de los tantos que parecen perderse en la memoria colectiva; sin embargo, su vitalidad se actualiza y refuerza en la cultura popular. El término exvoto provienede las voces latinas ex y votum, que significan una promesa de fe. Se trata siempre de un objeto, natural o artificial, por medio del cual se agradece a los seres sobrenaturales por un favor recibido, se cumple una promesa realizada o se entrega de antemano el objeto unido a una súplica. En su mayoría, los exvotos están relacionados a casos de enfermedad. En este contexto, podemos decir que el hombre religioso cree en el poder que tienen las fuerzas sobrenaturales para interferir en el curso de las enfermedades, muchas veces incluso los fieles confían más en esta fuerza sobrenatural que en la ciencia médica. La cura de las enfermedades parece ser una de las prioridades relacionadas a los exvotos; sin embargo, las peticiones y promesas giran en torno a un sinnúmero de circunstancias particulares que van desde solución a conflictos amorosos y obtención de empleo, hasta lograr el tan ansiado cruce de la frontera. Salvador Rodríguez, en su estudio sobre los Exvotos de Andalucía agrupa cuatro tipos de objetos que constituyen una ofrenda exvotista:
a) Exvotos industriales o artesanales, en los que constan reproducciones de partes del cuerpo y órganos en diferentes materiales.
b) Objetos relacionados directamente con la dolencia, como pueden ser bastones y prótesis, y si no se trata de enfermedad, puede incluirse en esta categoría objetos relacionados con la situación angustiosa.
c) Objetos personales o del propio cuerpo, como pueden ser las piezas dentales, los cálculos renales, mechones de cabello, vestimenta de bodas, medallas, uniformes militares,etc.
d) Cuadros, fotografías o textos, que narran el motivo del ofrecimiento. Partimos de la noción de que los exvotos surgen de una conciencia profundamente religiosa. En este sentido entendemos que la religión hace referencia a creencias y prácticas relacionadas a seres, fuerzas o poderes sobrenaturales.

Se trata de un fenómeno ante todo cultural, es un conjunto ordenado de creencias, símbolos y valores, a partir de los cuales los seres humanos se relacionan con el mundo que los rodea. Por lo tanto la religión no hace referencia tan sólo a la creencia en poderes o fuerzas que están más allá de los seres humanos, pues estas fuerzas o seres, considerados como sobrenaturales o sobrehumanos, se interrelacionan con los hombres. Es así que, en el marco de estas relaciones, se tiene la idea de que aquellos seres son conscientes de las acciones humanas y al mismo tiempo que las acciones humanas son capaces de influir en lo sobrenatural. Es claro que la religión no corresponde a un campo ajeno a los seres humanos, por el contrario la religión se manifiesta en la vida de los hombres. Según Mircea Eliade, uno de los grandes estudiosos de los fenómenos religiosos, existen dos modos de existenciaen el mundo: profana y religiosa. En el campo de lo religioso, el Hombre Religioso “asume un modo de existencia específico enel mundo (…) el homo religiosus cree siempre que existe una realidad absoluta, lo sagrado, que trasciende este mundo, pero que semanifiesta en él y, por eso mismo, lo santifica y lo hace real” Por lo tanto, si lo sagrado se manifiesta en el mundo, el hombre religioso lo que hace es sacralizarlo, y en esa sacralización del mundo se da la sacralización del espacio. Todo grupo humano tiene sus maneras particulares de representar y sacralizar el espacio, de nombrar y evocar el territorio, de marcar el espacio profano y el espacio sagrado y de encontrar el centro del mundo. Si seguimos los planteamientos de Eliade, el hombre religioso no concibe el espacio como homogéneo, sino que existe una diferenciación entre el espacio sagrado y el profano. Los hombres reaccionan, sienten y actúan de maneras diferentes en estos dos tipos de espacios, a su vez que existe toda una simbolización que acompaña al espacio sagrado. Por lo general, este espacio sagrado ha estado asociado a cerros, pirámides, tolas y construcciones majestuosas que se extienden hacia el cielo; las alturas aparecen así como el axis mundi, el lugar más cercano al cielo. Esos lugares cercanos a los dioses son, según Eliade, para el hombre religioso el único espacio real y constituyen en sí mismo el cosmos. En un sentido similar, Durkheim ya había sostenido que en todas partes el hombre clasificaba las cosas en las categorías de profano y sagrado, haciendo hincapié en las actitudes y comportamiento humanos, pero recalcando que lo sagrado y el comportamiento religioso solo adquieren sentido en su contexto cultural y religioso, de manera que actitudes aparentemente profanas pueden adquirir una significación religiosa dentro de un marco religioso, de igual manera objetos comunes y corrientes, como es el caso de los exvotos, adquieren una connotación religiosa dentro de su contexto. Ese modo de ser religioso de los hombres, (...) se expresa plenamente en la Religiosidad Popular.

Exvoto dedicado a Santa Catalina de Siena por Bernardino Luini

Según Claudio Malo González, religión y religiosidad coexisten en la vida de los pueblos, sin que podamos establecer fronteras claras entre una y otra. Podemos señalar que mientras la religión está asociada a la estructura institucional, a la esfera doctrinal y a los contenidos éticos; la religiosidad viene a ser la faceta vivencial de la religión, cobra vida en la práctica y en la cotidianeidad de los pueblos, en este sentido Marco Vinicio Ruada, se refería a la religiosidad como “aquel modo de ser religiosos más vivencial que doctrinal, un tanto al margen de lo oficial” Los exvotos forman partede esa esfera vivencial, aunque efectivamente hacen referencia a una vivencia más individual que colectiva. El exvoto corresponde plenamente a lo sagrado, a un modo de existencia profundamente religiosa, pues presupone la creencia en seres o fuerzas sobrenaturales, al mismo tiempo de que esos seres, son conscientes de las acciones humanas y tienen el poder para actuar sobre el curso de los acontecimientos, de allí que las personas busquen relacionarse y congraciarse con las divinidades dentro de un contexto de actos simpáticos. El espacio donde toman vida los exvotos, es el espacio sagrado. El templo –al igual quelas ermitas y otros santuarios- ese se axis mundi y, al ser el lugar más próximo al cielo, es en el donde los fieles se sienten más cercanos a los dioses. La palabra templo en sus voces originales significa cortar o delimitar, de manera que el templo es una delimitación del espacio, es un espacio sagrado por excelencia y en ese espacio los exvotos adquieren toda su connotación religiosa. La fe es el motor de toda religión y es la fuerza motora que da vida a los exvotos, pues el comportamiento religioso aparece confirmando la creencia religiosa. Solo la fe en que las fuerzas sobrenaturales pueden dar solucióna las incertidumbres humanas, da sentido a la existencia de los exvotos. El exvoto representa el sentimiento de inferioridad del ser humano frente a los poderes sobrenaturales, pues con el exvoto el creyente asume su inferioridad frente a los dioses. Y aquí tal vez cabe señalar que, a diferencia de los rituales mágicos, los exvotos no expresan de ninguna manera una intención de las personas de actuar sobre las fuerzas sobrenaturales. A diferencia de los actos mágicos, en los cuales se pretende manipular o actuar sobre aquellas fuerzas o poderes, mediante una lógica de causa-efecto, con el exvoto el hombre asume su inferioridad, al tiempo que se dirige a la divinidad, no pretendiendo actuar sobre ella, sino en un ambiente más bien de súplica, en el cual el fiel hace una promesa o una ofrenda, pero está siempre sujeto a la voluntad de los dioses. No se trata de una obligación sino de un acto de propiciación. De manera que el exvoto no implica ni garantiza el cumplimiento de la súplica. También, aunque no son claras las fronteras entre magia y religión, debemos evitar confundir objetos mágicos con exvotos, y de igual manera no confundirlos con los fetiches.Pues el fetiche es un objeto que, a partir de un ritual mágico o de transferencia, adquiere el poder de un dios o fuerza sobrenatural, una vez realizada la trasferencia el fetiche no representa al dios, ya no es un símbolo de éste, la divinidad ya no es necesaria, pues el objeto adquiere toda la fuerza y energía por si mismo. Por su parte el exvoto no responde a la lógica del fetiche, no representa al dios, sino por el contrario refleja la relación entre los seres humanos y las divinidades, deja constancia de la existencia de la deidad y ésta trasciende al exvoto. En el marco de estas relaciones entre los hombres y los poderes sobrenaturales, y asumiendo el primero su calidad de inferioridad, muchas veces se acude a las deidades con el propósito de agradecer o pedir por un fin específico; en gratitud por los favores otorgados; en calidad de súplica o en cumplimiento de promesas realizadas, en este contexto es que aparecen los exvotos y las mandas. La manda por lo general está asociada a la realización de una serie de actividades como pueden ser la romería; la peregrinación a un determinado santuario; la construcción de una gruta; la limosna; una acción social o, en la actualidad, la publicación del “milagro” en los diarios. El exvoto por su parte hace referencia concretamentea objetos materiales, que van desde pinturas que narran el milagro, muletas, mechones de cabello, fotografías hasta cálculos y tumores extraídos de un enfermo. Sin embargo, cabe señalar que entre las mandas y los exvotos no existen distinciones claras, pues muchas veces el cumplimiento de una manda toma la forma de un exvoto.

(...) En el caso de la realización de exvotos, se trata esencialmente de una práctica individual, en la cual el fiel se relaciona directamente con la divinidad; sin embargo, el exvoto al ser expuesto en un lugar comunitario, deja constancia pública de la súplica realizada o del favor recibido. Se trata de un gesto y acto ritual que hace público lo privado. Por otra parte, la práctica exvotista suele estar más relacionada a las mujeres, en este sentido cabe anotar que las actividades religiosas han sido por lo general uno de los pocos espacios públicos accesibles para ellas, pues lo masculino como público y lo femenino como privado es una constante histórica. Ahora bien, hemos insistido ya varias veces en que los exvotos no son más que una forma de relacionarse los seres humanos con las fuerzas sobrenaturales. En este sentido, desde la antropología una teórica importante, que nos permite entender el fenómeno de los exvotos, constituye el intercambio y la reciprocidad. El intercambio es una forma de relación e interacción, que hace referencia concretamente a procesos a través de los cuales se establecen obligaciones entre diferentes partes. El intercambio existe en todas las sociedades, la gente cambia bienes, servicios e incluso no podemos olvidar el intercambio de personas, ampliamente estudiado desde la antropología cultural, sobre todo basado en las alianzas matrimoniales. (...) La reciprocidad hace referencia a una forma de intercambio, en la cual no está involucrado ni el precio ni el dinero.

Memento Ex Voto 2, Susanna Strati, 2007

(...) Partimos de que la realización de los exvotos o las mandas, son formas concretas de interrelación con las fuerzas sobrenaturales, indudablemente estas relaciones no son entre iguales sino más bien asimétricas, pues los fieles reconocen su inferioridad y su imposibilidad de realizar aquello que está al alcance de las divinidades. Al mismo tiempo existe una analogía entre las relaciones de los individuos con las divinidades y las relaciones que se establecen dentro de la sociedad. Indudablemente la realización de los exvotos es una forma concreta de intercambio, los fieles ofrecen objetos de diferente índole a cambio de un favor otorgado o que se espera recibir. Pues, la misma realización de una promesa, implica la acción de ofrecer algo a cambio de otra cosa. En esta forma de reciprocidad con las fuerzas sobrenaturales, no está involucrado ni el precio ni el valor y constituye directamente una forma de reciprocidad equilibrada o balanceada, pues a diferencia de la ofrenda que es una entrega gratuita y posiblemente altruista, el exvoto adquiere surazón de existir porque se espera algo a cambio. En relación a la energía propia del don -en este caso el exvoto-, existe la obligación de devolver el favor, tomando fuerza el significado del contradon, pues el fiel después de haber recibido un favor tiene que agraciarse con las divinidades a través de diferentes caminos (mandas, ofrendas, sacrificios o exvotos), de cierta manera se trata de una obligación, pues existe la creencia arraigada de que no cumplir con una promesa a la divinidad trae consigo castigoso resentimiento de su parte. De igual forma, cuando se entrega de antemano un exvoto, unido a una súplica concreta, el fiel tiene la creencia de que el regalo a la divinidad propicia la actuación de ésta a su favor (...).


Exvoto de 1907, cartulina enmarcada en la que aparecen diferentes dibujos, la fotografía del niño Saturnino González Izquierdo, y la narración en primera persona del suceso:
“Saturnino González Izquierdo, natural de Huércanos, provincia de Logroño, hijo de Severo y Donata, nació el día 6 de febrero de 1904.
A la edad de 4 años me encontraba el día 6 de julio de 1907 en la casa de Don Modesto Iruzubieta y por fatal desgracia de caerme al fuego, hallándose presente D. Hermenegildo Iruzubieta (el cual es ciego) hacía las once de la mañana, asistiéndome don Enrique García, Médico de Huércanos, apercibiéndome varias quemaduras de segundo y tercer grado en la región lumbar, glútea y muslos, en el bajo vientre y en las ingles, calificadas de gravedad, y en este estado, mis desconsolados padres tomando los medios que la Divina Providencia expone, hicieron votos a San Antonio de Padua para que me librase de la muerte. Sus ruegos fueron atentamente escuchados por el Santo, que hizo el portentoso milagro de ponerme a salvo de 7 meses de postración en el lecho del dolor.Para honrar a San Antonio glorioso por tan humilde milagro ofrezco mi cuerpo y alma en testimonio de mi agradecimiento, a la vez que le ofrezco mi retrato en prueba de estar completamente restablecido.
Huércanos, 25 de noviembre de 1907. Saturnino González Izquierdo”.
Era hijo de Severo González Nájera, de Bezares, y de Donata Izquierdo Estecha, de Huércanos; vecinos de esta última villa desde su matrimonio el 14 de mayo de 1886. Sus hermanos eran: Marciana (1887), Marciana (1891), Ascensión (1893), Rosario (1896), Estanislaa (1899) y Francisca (1900).Se desconocen noticias de su vida desde que, en 1925, resulta emancipado de la tutela de su madre; ya que su padre, albañil, muere siendo él muy niño.

Exvotos desde una visión antropológica: El Don y la Reciprocidad, Por Gabriela Eljuri Jaramillo

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