Beham, Hans Sebald, "Adán y Eva" (1543) |
Desde tiempos remotos los seres humanos sueñan con alcanzar la inmortalidad.
¿Cuál es el secreto ? Ser Asexual . La sexualidad introduce la muerte ¿ De qué
manera? Hace 100 años un biológo alemán llamado Weismann postuló una teoría
acerca de la duración de la vida y de la muerte. Como la bella durmiente, esta
teoría quedó silenciada durante un siglo hasta que, inesperadamente, los
científicos se encontraron con los fundamentos moleculares que la prueban. Para
los psicoanalistas, este biólogo no es desconocido ya que Freud recurrió a sus
teorías para argumentar la hipótesis de la pulsión de muerte. ¿Qué determinó que
la ciencia con sus minuciosos métodos ignorara durante un siglo esta teoría que
Freud toma en " Mas allá del principio del placer"?
En "Pulsiones y destinos de pulsión " Freud define su manera de
construir los conceptos tratando de llenarlos de contenido, desde distintos
lados, importando ideas de otras ciencias para despues marcar las diferencias
con el psicoanálisis. En este sentido, el concepto de pulsión pudo ser
claramente extraído de la Biología ya que allí Freud se encontró con el suelo
sólido de la respuesta fisiológica que pudo oponer al de pulsión. En 1920,
cuando las evidencias clínicas lo llevaron a postular la pulsión de muerte como
un hecho lógicamente necesario en el funcionamiento del aparato psíquico,
recurrió a la teoría de Weismann. Pero esta vez, Freud se encontró con que esta
teoría, si bien "digna de consideración", no tenía suficientes pruebas
para la rigurosidad necesaria a la extracción de este nuevo principio.
Veamos en qué consiste la teoría de Weismann :
Las amebas tienen el secreto de la inmortalidad. Si el medio es
apropiado estos organismos se reproducen por escisión binaria. Cada individuo
dará lugar a otros dos idénticos a sí mismos en continuidad a través de las
generaciones: iguales e inmortales. La sexualidad es una adquisición tardía. La
sexualidad se refiere a la fusión y al intercambio, diriamos hoy, de material
genético. No necesariamente coincide con la reproducción, que puede producirse
en cualquier otro momento del ciclo. En "Mas allá del principio del placer" ,
siguiendo a Weismann, Freud describe este mecanismo sexual de la siguiente
manera "Si los animalitos, en un momento en que no muestran ningún signo de
senectud, pueden fusionarse de a dos, "copular"-y volver a separarse
transcurrido cierto lapso-, quedan a salvo de envejecer, se "rejuvenecen"
(1). Esta "fusión de a dos", "esta copulación" en la que vuelven a separarse
sin reproducirse, es el principio de la sexualidad. En síntesis, se trata de un
encuentro en el que los participantes intercambian material genético y luego se
separan, en este caso, sin dividirse. No hay una asociación necesaria entre
sexualidad y reproducción.
El intercambio de material genético da lugar a nuevas
combinaciones y son estas nuevas combinaciones las que introducen diferencias.
El efecto de la sexualidad, por lo tanto, es la producción de diferencias.
Intercambiar genes produce una ampliación del repertorio posible de respuestas.
Se introducen de esta manera diferentes funciones y especializaciones. La
estructura se torna compleja. Es en el límite de la diferenciación donde una
parte se va a especializar solamente para la reproducción, mientras que el resto
del organismo, muy elaborado para otras funciones, pierde la capacidad
reproductiva. Weismann llama a la parte especializada para la reproducción
plasma germinal y a aquella que perdió la capacidad de reproducirse
plasma somático.
Las células germinales se separan de los organismos que les
dieron origen para fusionarse dando lugar a un nuevo individuo y continuar la
especie. Se introduce de esta manera la discontinuidad, el intervalo entre las
generaciones. La parte inmortal encarnada en las gametas (óvulos y
espermatozoides ) se desprende del organismo que le dio origen para continuar la
vida en un nuevo organismo. Mientras el soma, que ya no es capaz de
reproducirse, muere. Dice Freud: "A este investigador (se refiere a
Weismann) se debe la diferenciaciación de la sustancia viva en una mitad
mortal y una inmortal. La mortal es el cuerpo en sentido estricto el soma; sólo
ella está sujeta a la muerte natural. Pero las células germinales son en
potencia inmortales, en cuanto son capaces, bajo ciertas condiciones favorables
de desarrollarse en un nuevo individuo (dicho de otro modo : de rodearse con un
nuevo soma )"(1).
Sucesión y corte, la inmortalidad está perdida para los
individuos complejos de reproducción sexual. Esta es la falta real. En el
seminario 11 Lacan dice: "La falta real es lo que pierde el ser viviente, de
su porción de viviente, por reproducirse por la vía sexuada. Esta falta es real
porque remite a algo real-que el ser viviente, por estar sujeto al sexo, queda
sometido a la muerte individual." A partir de esta carencia real Lacan
postula que el sujeto busca no el complemento sexual sino "esa parte de sí
mismo, para siempre perdida": La Inmortalidad. Lacan inventa un mito
destinado a representar esa parte faltante al que llama "el mito de la
laminilla". "La relación con el Otro es, precisamente, lo que para
nosotros hace surgir lo que representa la laminilla- no la polaridad sexuada, la
relación de lo masculino con la femenino, sino la relación del sujeto viviente
con lo que pierde al tener que pasar, para su reproducción, por el ciclo
sexual".(2)
Pero, ¿ a qué se debe la falta de capacidad reproductiva del
cuerpo o soma ?¿ hay algún mecanismo que garantice su muerte? Freud, en 1920
adelanta la siguiente hipótesis ." Si nos es lícito admitir como experiencia
sin excepciones que todo lo vivo muere, regresa a lo inorgánico, por razones
internas, no podemos decir otra cosa que esto : La meta de toda vida es la
muerte…"(1) ¿ Cómo se pueden pensar estas razones internas ? Estas
causas internas que garantizan que el cuerpo sea mortal. Recientemente se ha
encontrado que todas las células somáticas de los organismos pluricelulares,
desde los gusanos hasta el hombre, poseen un programa que determina su propia
muerte. Un programa genético cuya ejecución determina la muerte de la célula que
lo porta. Este mecanismo está implicado en todas las funciones del viviente
incluyendo el desarrollo embrionario. Si la muerte celular programada, también
llamada apoptosis, no funciona en el momento y lugar apropiados, se producen
serios daños al organismo.(3)
Existe un conjunto de genes que activa la muerte celular y otro
que la inhibe. Estos genes están sujetos a complejos mecanismos regulatorios que
sólo se conocen parcialmente. ¿Qué ocurre cuando se activa el gen BCL2 ? Este
gen se denomina el gen de la inmortalidad debido a que su activación inhibe la
muerte. La célula que tiene activado este gen se torna potencialmente inmortal.
Daré un ejemplo: por distintas razones, en cualquier organismo, se producen
frecuentemente y de manera espontánea células cancerosas. Si el Sistema
Inmunológico funciona sin interferencias, se activan las proteínas efectoras de
la muerte y las células neoplásicas se suicidan por apoptosis (3).
Es decir que, cuando funciona dentro de límites fisiológicos,
el Sistema Inmunológico elimina a las células cancerosas. Por el contrario, si
se activa el gen de la inmortalidad, que tiene como función inhibir la muerte
celular programada, las células cancerosas proliferan "sin que nadie detenga
su carrera". Al modo de las "amebas inmortales", se dividen y pueden
formar masas tumorales. Es decir que la activación del gen de la inmortalidad
induce tumores mortíferos para el individuo en el mismo punto en que torna a las
células cancerosas inmortales (3). Por lo tanto, en el cáncer, no se trata de un
exceso de muerte, sino por el contrario, de que la muerte falta en el lugar y
momento apropiados. Aquello que debería perderse se retiene. Una paciente me
mostró el horror de esta paradoja. Cristina se despertaba angustiada ante un
sueño que se repetía a partir de la muerte de su padre. "Soñé con mi papá : que
el cáncer seguía vivo, era algo gelatinoso, entre gris y verdoso, que avanzaba.
El tumor seguía vivo." Esta masa gelatinosa, estas células neoplásicas que se
comportan como la laminilla. "Inmortal porque sobrevive a todas las
divisiones, porque subsiste a todas las intervenciones escíparas, y su carrera
no se detiene. Puro instinto de vida, de vida inmortal, de vida irreprimible…de
vida simplificada e indestructible"(2). Esta vida inmortal que, en
"La tercera", Lacan localiza en el registro de lo real .
A mediados del siglo XX, la Biología modificó sustancialmente
su registro de abordaje . En el siglo XIX el criterio organizador era
predominantemente morfológico-descriptivo. A mediados del siglo XX, James Watson
y Francis Crick publicaron el modelo de la estructura del ADN, la molécula
central de la herencia(4). Este trabajo inauguró la era molecular de la
biología. Ya no se trata de una ciencia basada en la observación y la
experimentación, como en tiempos de Freud. La biología molecular se fundamenta
en un modelo que permite leer las letras de un código llamado genético.
Podemos pensar a la Biología molecular como un sistema
simbólico que intenta dar cuenta de lo imposible, es decir, de lo real del
organismo. En la Tercera, Lacan fundamenta la ubicación de la vida en el
registro de lo real . Dice: "de la vida no sabemos nada más, sino únicamente
lo que la ciencia nos induce, o sea que nada hay más real, lo cual quiere decir
más imposible, que imaginar como pudo iniciarse esta construcción química que,
con elementos distribuidos en cualquier cosa y de la manera que querramos
clasificarla según las leyes de la ciencia, presuntamente empezó de repente a
construir una molécula de ADN, esto es, algo en lo cual, permítanme decírselos,
vemos ya formarse, muy curiosamente, la primera imagen de un nudo… algo en lo
real- y no cualquier cosa: la vida misma- se estructura con un
nudo"(5). El trabajo de Watson y Crick se basa en un modelo
predictivo de una doble helicoide moebiana que da cuenta del mecanismo de copia
del material genético. A partir de allí lo real, lo imposible del organismo
intenta ser leído mediante un sistema simbólico que, al modo del esquema del
peine freudiano, postula transcripciones y traducciones de un sistema a otro que
permiten caracterizar el aparato macromolecular que subyace a la vida.
El develamiento de las letras escritas en el corazón de la vida
misma, del ADN, mostró inesperadamente que la verdad de la estructura molecular,
para los seres complejos, está signada por su propia desaparición. Pero no se
trata de una muerte accidental o destructiva, sino de una muerte propiciatoria
al servicio de la vida, una muerte sin la cual la vida de los organismos
sexuados no es posible.
La muerte celular, por lo tanto, no es un accidente sino que se
encuentra inscripta en el centro mismo de la estructura celular. Hasta hace muy
poco tiempo, los biólogos pensaban a la muerte solamente como un hecho
accidental. Numerosas observaciones, por el contrario, llevaron a algunos pocos
investigadores a postular que debe existir "una muerte fisiológica", es decir,
necesaria a la vida. Estos investigadores decidieron darle un nombre y para ello
no recurrieron a un término científico sino que convocaron a un profesor de
griego. James Cormack, de la universidad de Aberdeen, dará a este fenómeno de
muerte celular el nombre griego de apoptosis. Palabra que significa la caída de
las hojas de los árboles o de los pétalos de las flores (6). El impacto de este
descubrimiento no produjo su efecto hasta 20 años más tarde cuando, estudiando
el mecanismo por el cual el virus del SIDA mataba a los linfocitos, se encontró
que la programación para la muerte no era un hecho contingente de la patología
sino que la totalidad de las células del organismo tenían este programa de
muerte. Actualmente se publican aproximadamente 5.000 trabajos anuales sobre el
tema y la palabra apoptosis se incorpora a los nuevos diccionarios (7). El sueño
de inmortalidad que la ciencia implícitamente sostiene ha sido horadado. El
pacto con el diablo es estructuralmente imposible. Se ha encontrado, dentro de
su terreno, con su propio límite, esta es la paradoja. La ciencia desconoció
durante un siglo esta teoría que conmueve los ideales de progreso ilimitado.
Para los seres hablantes capaces de simbolizar el código genético, la muerte
está instalada en el nudo mismo de la estructura molecular. Los efectos
traumáticos de este encuentro se leen en la enorme profusión de trabajos
científicos que no cesan de preguntarse cómo sería posible controlar la
programación para la muerte. Los miles de trabajos que se publicaron sobre el
tema durante los últimos años revelan el intento desesperado de suturar esta
herida a la idea de progreso.
NOTAS:
1 ) Freud, Sigmund (1920) : "Más allá del principio del
placer", Tomo XVIII, Editorial Amorrurtu. (Buenos Aires, 1976).
2 ) Lacan, Jacques (1964): "Los cuatro conceptos fundamentales
del psicoanálisis", Editorial Paidós.(Buenos Aires, 1987).
3 ) Peusner, Irma (1996) : "Apoptosis y pulsión de muerte":
Una lectura de la hipótesis freudiana de 1920 a partir de la Biología de
1995. Publicado en el libro "Cuando la Neurosis no es de transferencia " de
Haydée Heinrich. Homo Sapiens Ediciones. Rosario (1996).
4 ) Watson, J.D. and Crick, F.H.C.: (1953): " A structure for
Deoxyribose Nucleic Acid " . Nature 171, 737. England.
5 ) Lacan, Jacques (1974) : " La tercera " en Intervenciones y
textos 2. Ediciones Manantial . Buenos Aires (1991).
6 ) Kerr, J.F.R.; Wyllie, A.M. and Currie, A.R. (1972)."
Apoptosis: A basic biological phenomenon with wide-ranging implications in
tissue kinetics". Br.J. Cancer 26, 239. (Manchester).
7 ) Garfield, E. and Melino,G. (1997) : " The growth of the
cell death field : an analysis from the ISI-Science citation index ". Cell Death
and Differentiation 4, 352. Stockton Press. England.
8 ) Bossuet : Serm. IV e semaine de Carême, "Sermon sur la
mort", (1666 ) "C´est une étrange faiblesse de l’ésprit humain, que jamais la
mort en lui soit présente, quoiqu’elle se mette en vue de tous côtés et en mille
formes diverses…".
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