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martes, 29 de noviembre de 2011

Las Doce Llaves de Basilio Valentín

Basilio Valentín, uno de los grandes alquimistas centroeuropeos. Fue monje benedictino en Erfurt (Prusia). Estudió medicina y utilizó el antimonio como medicamento. Realizó interesantes investigaciones sobre metalurgia y amalgamas y describió la forma de preparar el ácido clorhídrico. De entre sus obras, publicadas en 1600, destacan El carro triunfal del antimonio y Tratado químico filosófico de los metales y de los minerales. Su obra, Le Dernier Testament, fue publicada primero en Ein kurtz summarischer Tractat, von dem grossen Stein des Uralten…, Eisleben, 1599 sin ilustraciones y nuevamente en Leipzing en 1602 con algunos grabados, probablemente realizados en cobre, de las Doce Claves. Las doce claves son en realidad secretos alquímicos. Todos los libros de Alquimia están escritos en clave, quien no conoce la Magia Sexual no puede entender los libros de Alquimia. Todo el tecnicismo de los libros de Alquimia hay que buscarlo en las gónadas. Las obras de Alberto el Grande, Raymundo Lulio, Sendivogios, Paracelso, Nicolás Flamel, sólo se pueden entender con la clave suprema de la Magia Sexual. Los laboratorios alquimistas medievales representas los órganos creadores. En la Gnosis tenemos la clave para descifrar esos secretos. Aunque, debido al estado embrionario en que se encuentra la humanidad todavía no puede comprender el significado de estos tratados, tales como la Biblia, el Libro de los Muertos, los Vedas y el Zend-Avesta o el Corán y el Bhagavad-Gita. Libros que son eternos porque fueron elaborados con la sabiduría del fuego. Las doce claves de Basilio Valentín representan todo el trabajo alquímico que debe realizar el ser humano en sí mismo. Como siempre se ha buscado su interpretación en forma literal y externa, muy pocos imaginan que en estas claves se encuentra la llave para la autorrealización íntima del Hombre.


PRIMERA CLAVE:
Fulvo Regis fiat diadema metallo

Jungatur sponso sponsa pudica suo
Inde lupo rapido comedendum porrige regem,
Idq: ter, atque lupum fortiter igne crema.
Hinc rex prodibit macula purgatus ab omni,
Sanguine qui propio te renovare potest.

“Que la esposa púdica sea unida a su esposo. La corona del rey hecha de un metal flavo. Libra a continuación el rey al hambre de un lobo vivaz. Haz esto tres veces y consume al lobo por un fuego muy violento. El rey saldrá con ello puro de mancha y de su propia sangre te podrá renovar”.


El lobo representa al yo, que al ser desintegrado por medio del fuego (transmutación) es fortalecido el rey, nuestro ser. Aristóteles dice en “Luz de las Luces”, que el Mercurio debe ser cocido en un triple recipiente de vidrio muy duro”. Refiriéndose a las gónadas, las cuales contienen el mercurio. Este es nuestro sagrado magisterio del Fuego. Trituración entendemos aquí por Magia Sexual, y fuerza de voluntad. Es claro que hay que solidificar tres veces porque nosotros somos un trío de cuerpo. Alma y Espíritu.
 SEGUNDA CLAVE:
Vestibus abjectis. Sol nudus et ipsa Diana

Nuda sit,optatus manet ut inde torus.
Sponsae ex ahtletis pretiosa sit unda duobus,
Pro Sponso proprium corpus ut illa lavet.
Certent certantes, postquam cessaverit ardor
Martius, e pugna pulchra brabaea ferent.

“Dejadas sus vestiduras, que el Sol con Diana sean desnudos uno con otro, para el himeneo deseado, que dos luchadores se haga el precioso baño de la esposa, para que ella lave en el su cuerpo en atención al esposo, los combatientes combatieren, y cuando su ardor marcial haya cesado, tendrán un bello trofeo de su lucha”

Entre las dos columnas (individuos) se halla el gran arcano. En cada caduceo hay dos serpientes, la manifestación dual de la unidad, la unidad al desdoblarse da origen a la femineidad receptora y productora en toda la naturaleza. Basilio explica: “Por otro lado, en este designio, ningún triunfo puede ser alcanzado si el rey no hubiere adjuntado a su agua su naturaleza enérgica y su fuerza y le haya abandonado la llave de su propio color a tal punto que sea destruido por ella y se vuelva invisible, por este cambio el debe volver a su forma invisible, no obstante con disminución de su esencia natural y perfeccionamiento de su cuerpo.”… “Esta es la rosa de nuestros maestros, de color púrpura, la sangre roja del dragón descrito por muchos artistas.” Se refiere a abandonar la falsa personalidad, pensamientos y todo aquello que la reviste para trabajar con pureza, los dos luchadores, idá y pingalá se enfrentan para magnetizarse sabiamente en el ascenso de las fuerzas engendradoras
TERCERA CLAVE:
E petris aquilae rigidum conjunge Dragonem :

Exuret pennas, solvet et ille nives.
Cum sale coelesti sulphur servare memento,
Astutam vulpem gallus ut inde voret.
Ales mersus aquis ad vitam ex igne redibit,
Sentiet atque parem vulpis ab ore necem.

“Proveniente de la roca, que el dragón helado sea unido al águila: Uno quemará sus plumas, el otro fundirá sus nieves. Preserva bien tu azufre con la sal celeste para que el gallo devore al zorro malicioso. El pájaro ahogado en la onda retornará vida al fuego, y a su vez, morirá bajo los colmillos del zorro”.

En el centro un dragón, con la cola retorcida. Arriba una zorra come un ave. Y sobre ella, un gallo le pica el cuello, quien quiera hacer subir por el canal medular el alma del mundo debe trabajar con el azufre (fuego), con el mercurio (Agua) y con la sal (Tierra filosófica) En Le Dernier Testament, pág. 219 dice: “Tercera clave: toma entonces una buena parte de espíritu de nitro y tres partes de espíritu de sal común, echa estos dos espíritus juntos en una cucúrbita un poco caliente, sobre el polvo de oro descrito arriba, , después ponle un capitel y el rematero bien sellados como debe ser, después, teniendo mecido y agitado diversas veces tu oro, como anteriormente fue hecho en la arena, y repitiendo la destilación cuanto más mejor, tu verás que el oro se vuelve, poco a poco, más volátil y que finalmente destilará y ascenderá hacia arriba. Porque, por solo una repetición y destilación de tu oro, la solidez y fijeza de su cuerpo se desliga y divide en todos sus miembros, los cuales son de este modo desechos uno con el otro y restituidos, tan abiertos que el oro así atenuado, deja enseguida ir su alma a un juez particular. Pero observa que, después de que este trabajo esté terminado, es necesario que separes, con cuidado constante tu oro, el cual destiló todos los puntos salinos, por destilación al baño maría, lo más suavemente que te sea posible, a fin de que no destile nada del color del oro, y que no tenga más pérdida. Después, con prudencia y juicio toma tu oro, o los cristales de oro donde separaste el agua y ponlos en una escudilla de barro propia para reverbar, ponla en el fuego y dale, primeramente un fuego lento, y moderado durante un hora, hasta que todo lo que hay de corrosivo sea separado completamente, y entonces tendrás un polvo de oro de un bello color escarlata, tan sutil y bello que es hermoso a la vista. Pon en un matraz limpio este polvo de oro y échale encímale espíritu reciente de la sal común, el cual, anteriormente, haya sido reducido suavemente, siguiendo el orden en el cual, te he instruido en mis toques de mano. Cierra el matraz y ponlo en calor moderado, porque así el espíritu adulzado de sal no puede ya disolver y romper el polvo de oro como había hecho antes, tanto más que su corrosividad y acritud le fue reducida por el espíritu de vino que le dio esa gran dulzura. La sustancia semi-sólida, semi-líquida, tiene un Mercurio puro, claro, blanco y rojo, y un azufre semejante. Además posee esa sustancia dos clases de sal: una fija y una volátil. Esta materia prima de la Gran Obra, es el Semen de nuestras glándulas sexuales. Con nuestra ciencia y mediante el FUEGO, transformamos esta maravillosa sustancia, para que al final de la obra, sea millones de veces más perfecta. Deja el matraz en este calor no violento, hasta que el espíritu de la sal sea teñido de color de un soberano grado, bello, transparente y bermejo como rubíes. Retira dulcemente, por inclinación el espíritu teñido y ponlo otra vez sobre tu oro tantas veces que el espíritu necesite para no teñirse más. Después, pon en un alambique todo el espíritu teñido y separa toda la humedad al baño maría con calor moderado y en el fondo del alambique se te volverá el azufre del oro un polvo bello, delicado y sutil, de gran mérito y valor, que es una materia con la cual se puede, por medio de un rápido y corto procedimiento, teñir la plata en u más alta perfección”. Aquí enseña primero a purificar el oro con el antimonio, segundo, preparar el agua regia para el baño del rey sin faltar la disolución, y tercero, la extracción del azufre alquímico del oro. “Pero yo exhorto a discípulos míos, ya que la naturaleza les ha dejado un camino más corto, a guardarlo y seguirlo ahora. Recelando de que ellos no se precipiten en una extrema pobreza si se divierten a extraer el mercurio del oro, cuando el habría sido reducido en la destrucción y ruina de sí mismo lo que no fue practicado por los antiguos, ya que esto es contranatural.» Pero observa, sobretodo, que este espíritu mineral se encuentra en otros metales, aunque todavía, se encuentre paralelamente e incomparablemente siendo mas eficaz en el espíritu de un cierto mineral, donde puede ser extraído y preparado con mucho menos trabajo y despilfarro…” «Y, por lo tanto, el astro del oro no se encuentra solamente en el oro, de manera que solamente por la adición del espíritu de mercurio y del azufre áureo, la piedra filosofal pueda ser hecha…» La sal disuelve y coagula todas las cosas. La tierra es de la naturaleza de la sal, y por ello se disuelve en el agua, y se coagula en el agua. Los continentes salen de las aguas saladas de la mar, y vuelven al mar. Nuestra tierra filosófica, es decir, nuestro cuerpo humano, debe reducirse a las sales seminales, para elaborar con esas sales el Niño de Oro de la Alquimia Sexual. La sal se halla en la orina y en el sudor. El azufre es un principio grasoso y aceitoso que une a la sal y al mercurio indisolublemente. El azufre tiene parte de la solidez de la sal, y parte de la volatilidad del mercurio. El azufre abunda en las grasas y en las axilas El mercurio es un licor espiritual aéreo y raro, es el águila volante de la Filosofía, es nuestro Caos. El Mercurio se encuentra en la sangre, Médula, humor acuoso, hueso, músculo, etc. Raymundo Lulio, dice: —“¡OH hijos míos! Aprended a serviros de esa materia venerable, porque os lo advierto, bajo la fe del juramento, que si no sacáis el mercurio de esos dos metales, trabajaréis como ciegos en la oscuridad y en la duda”. «Para que ahora cumpla lo que falta de mi promesa y cuente mas de lo que ha sido dicho y se contiene en mis doce claves, debes saber que ninguno filósofo está enteramente obligado a trabajar con el metal del oro…» «Ahora, en este momento, es necesario que aprendas que tal alma o azufre áureo, tal sal y espíritu se encuentra mas fuerte y virtuoso en Marte y Venus y, así como, en el vitriolo, como también Marte y Venus se pueden reconducir como por retrogradación en vitriolo muy virtuoso y eficaz, en dicho vitriolo metálico se encuentran ahora bajo un cielo los tres principios, a saber el mercurio, el azufre y la sal y, de cada uno de ellos se puede particularmente sacar y obtener con poco trabajo y tiempo, como podrás comprender. Ya te he referido en el presente una sucinta explicación de un vitriolo mineral que se encuentra en la Hungría, bellísimo y de alto grado.»

CUARTA CLAVE:
Omnis in orbe caro quae terrâ traxerat ortum,

In cineris rursus post breve tempus abit.
E cinere exurget sal, quod revocabit ad auras
Crnem, praedicto quae resoluta modo.
Qui cupis hoc cursu revocatas cernere formas,
Redde sali sulphur mercuriumque simul.


“Toda carne aquí abajo, proviene de la tierra, al cabo de poco tiempo retornará a cenizas; la sal saldrá de allí, por medio de la cual reaparecerá al día la carne así disuelta, tú que de esta manera quieres ver las formas pasadas, entrega a la sal a la vez el azufre y el mercurio”.

Es en el crisol donde la materia prima de la Gran Obra sufre con infinita paciencia la pasión del señor. En el erótico crisol de la alquimia sexual muere el ego y renace el “Ave Fénix” de entre sus propias cenizas: INRI, “In Necis Renaceré Integer” (En la muerte renace intacto y puro) Los principios de todos los metales son: la Sal, el Mercurio y el Azufre. Cada uno por sí solo no podría dar origen a los diversos metales, pero unidos crean, así la piedra filosofal contiene inevitablemente estos tres principios. El fuego es el Azufre; el Mercurio es el Espíritu; la Sal es la maestría de la Alquimia, el amor. De las doce claves, sólo tres fueron explicadas por Basilio, quien abandona la descripción de las restantes claves ya que, según su entender, era un trabajo contranatural porque esta vía puede ser hecha con ventaja por medio del vitriolo en donde él describe en lenguaje claro el respectivo modus operandi. Rogerio Bacon afirma: “Naturaleza contiene a Naturaleza, Naturaleza se alegra con Naturaleza, Naturaleza domina a Naturaleza y se transforma en las demás Naturalezas”.

QUINTA CLAVE:
Terra nihil per se tenues producit in auras :

Spiritus est vitam qui dat, eamq; fovet.
Spiritus hic nitidis ortum deducit ab astris.
Hinc capiunt vides cuncta metalla suas.
Est lapis Herculeus ferro conjunctus amore :
Mercurium nostrum sic Leo noster amat.
“La tierra por ella misma no produce nada, es el espíritu quien abastece y sostiene la vida. Toma su origen de los astros luminosos. De allí todos los metales extraen sus cualidades. La piedra Hercúlea se une con amor al hierro, así nuestro león ama a nuestro mercurio”.
 
El león representa al hierofante, la ley, el rigor, el signo de la omnipotencia divina; quien ama a aquellos que trabajan con el mercurio y desarrollan sus virtudes. Los metales representan los cuerpos del ser humano, el primero que transmutamos en oro es el cuerpo de la Conciencia. El segundo metal que hay que transmutar es el cuerpo Etérico. Los cuatro cuerpos del pecado son remplazados por cuatro cuerpos celestiales, que sirven de templo al Espíritu Triuno e inmortal. En este trabajo de alquimia, las substancias espirituales se vuelven corpóreas, y las substancias corpóreas se vuelven espirituales. El Génesis es un tratado de Alquimia Sexual. , fecundamos nuestro Caos con el Fuego Sagrado del Kundalini, cuyo resultado es una serie de transmutaciones tátwicas dentro de nuestro propio laboratorio orgánico, hasta realizar el Rey Sol, el Maestro de transmutaciones metálicas, dentro de las profundidades vivas de nuestra conciencia interior. Así pues, todos los metales de la Tierra pueden ser descompuestos en el Mercurio, porque el mercurio es la materia prima de todos los metales. Este Mercurio es el Semen espermático, en el cual pueden descomponerse todos los metales, porque ese es el elemento de donde salen todas las cosas.
SEXTA CLAVE:
Foemina juncta mari producat semine germen

Tum sua Neptunus balnea ritè paret,
Mas duplex niveo post pascatur Olore,
Perdat ut, et vitam cernat uterque suam.
Quatuor hinc venti spirabunt, Rexq: per ignem
Jungetur sponsae, plenus amore, suae.

“Hembra y macho unidos hacen germinar la semilla. Que entonces neptuno prepare los baños requeridos, después de que el macho devore su nevoso cisne a fin de que dos pierdan y recobren su vida, cuatro vientos soplarán y el rey, por el fuego, se unirá lleno de amor a su esposa querida”.

La Magia Sexual solo se puede realizar entre esposo y esposa, en hogares legítimamente constituidos. Marido y mujer forman una polaridad completa positivo - negativa. Pero cuando el hombre entra a otra mujer, o la mujer entra a otro varón para practicar Magia-Sexual, se forma una doble polaridad que resulta absolutamente negativa. La doble polaridad no tiene poder para transmutar la energía sexual. La doble polaridad no puede fecundar el Mercurio de la filosofía secreta, con los fuegos solares. La doble polaridad no puede despertar el Kundalini. Esta clave representa encantamiento, equilibrio, unión amorosa de hombre y mujer. Lucha terrible entre el amor y el deseo. Es enlazamiento. Representa la lucha entre el espíritu y la bestia animal. Antes de poder transmutar los metales, hay que reducirlos primero a su materia prima. Así también, antes de que el hombre pueda redimirse de sus pecados y entrar en el reino de los cielos, hay que primero reducirlos a su materia prima, para luego transmutarlo en el hombre celestial de que nos habla San Pablo. Es como tener una estatua que para darle una forma completamente nueva, debe primero reducirse a su materia prima descomponiéndola en los mismos elementos de que está compuesta. Y posteriormente se le puede dar la forma anhelada. "Cambia las Naturalezas y hallarás lo que buscas". Si queremos sublimar nuestras bajas pasiones, debemos primero ser castos para reducir todos nuestros metales a su materia original.
SÉPTIMA CLAVE:
Ver, aestas, autumnus, hyems, aqua, salq; Sophorum

Conficiunt nostrum Sole favente chaos.
Ni tamen Astraeae justissima pondera sumas,
Vix aderit votis aura benigna tuis.
Hermetis firmo vitrum conclude sigillo.
Materies ventis ne fiat esca vagis.


“Primavera, verano, otoño, agua, sal de los sabios, componen nuestro caos a calentar al sol. Sin embargo de los astros, no has puesto pesos justos, ninguna propicia brisa cumplirá tus deseos. Del firme sello de Hermes, cierra el vidrio, por temor a que tu materia no sea presa del errante viento”

El trabajo interno debe realizarse de acuerdo a la ley y no caprichosamente y debe permanecer alerta desde el principio hasta el final, de la primavera al invierno, en épocas de progreso y de crisis. El Padre que está en secreto es inmortal, omnisciente, pero sin autorrealización, no puede dominar el físico, ni tiene soberanía sobre los elementos, en cambio una mónada autorrealizada es poderosa, por eso en el libro de los muertos egipcio el devoto se dirige a Horus diciendo: “Yo te fortifico tus piernas y tus brazos”. A su vez el devoto le pide que fortifique sus tres cerebros (Intelectual, emocional, motor).
OCTAVA CLAVE:
Ad putrescendum mandantur semina terrae,

Ut redeant tumulo corpora nostra latent
Sic insunt uni quoque cuncta Elementa Elemento.
Si reliqua ex uno ritè vocare queas.
Hic scopus est operis, cunctorum haec meta laborum ;
Si collimaris, clavis habebis opes.


“Para pudrirse las semillas a la tierra se confían. Nuestros cuerpos son puestos en la tumba, más para volver a salir. Así, todos los elementos se encuentran en cada uno, si puedes, como conviene, de uno extraer los otros”
Está relacionado con el arcano 8 del tarot, que se refiere a los procesos de la vida y de la muerte en la piedra filosofal, cincelada con el martillo de la inteligencia y el cincel de la voluntad. La octava llave es una alegoría alquímica, clara y perfecta de los procesos de la muerte y resurrección que se suceden inevitablemente en la preparación esotérica de la piedra filosofal que está entre las columnas Jachin y Boaz. Para elaborar el Elixir Rojo y el Elixir Blanco, necesitamos inevitablemente de una sustancia donde la Sal, el Azufre y el Mercurio se hallen totalmente puros y perfectos, porque la impureza y la imperfección de los compuestos se vuelve a encontrar en el compuesto, por eso es necesaria la putrefacción, la muerte de los elementos indeseables de nuestra psiquis. Empero, como a los metales no se les puede agregar sino substancias extraídas de ellos mismos, es lógico que ninguna sustancia extraña pueda servirnos, por lo tanto dentro de nosotros mismos tiene que encontrarse la materia prima de la Gran Obra. Nosotros perfeccionamos ésa sustancia según arte y es el Fuego Sagrado de nuestro laboratorio orgánico.


NOVENA CLAVE:
Haec postquam vitreo clauseris Orbe simul.

Blanda Venus referet caudam Pavonis amoenam,
Atque oculos niveo pascet olores tuos.
Saturnus posthac corvo laetabitur atro,
Proferet et pennas ala aquilina suas.


“Haz que de un triple corazón crezcan tres serpientes vivas, después enciérralas juntas en un vaso de cristal. Venus hace admirar la graciosa cola del pavo, y alegra tus ojos como un cisne blanco como la nieve. Favorito de Saturno, un cuervo negro seguirá, y después del ala del águila presentará sus plumas”.

El descenso a la novena esfera era en los templos antiguos la prueba máxima para el hierofante, ahí resplandece el signo del infinito, el santo ocho, en el cual se halla representada la lucha entre el corazón, la mente y el sexo. La lucha es terrible: cerebro contra sexo; y sexo contra cerebro, pero lo más doloroso es aquello de corazón contra corazón. Hay que saber entender, hay que saber aprender a sufrir, a ser resignados. Los que no lo son fracasan, porque la autorrealización íntima cuesta, sólo así puede retemplarse la espada y conquistar el corazón de Venus (El cisne).
DÉCIMA CLAVE:
Hermogeni Phoebus debet primordia vitae,

Luna juvat radiis Hyperiona suis.
Mercurius damnum patietur, et inde peribit,
Ni promptus Iamsuph junxeris huicce suum.
Qui bene scripta capis, laudes celebrato Iehovae,
Mortales tanta quòd tarione beet.
Foebus toma de Hermógenes su principio vital.

“La luna ayuda a Hiparión con sus rayos. Mercurio sufre el daño, y él perecerá si no le das prontamente su Jamsuf. Tú que comprendes este verso da gracias a Jehová de que un tal entendimiento sea otorgado a los mortales”.
El universo entero es producto de la energía creadora; sin ese poder no se puede plasmar en el universo; sin energía creadora no hay universo, por eso es el principio plasmante de toda la naturaleza

UNDÉCIMA CLAVE:
Orpheus Euridicen. Frater cùm nempe sororem

Duxerit, illorum corpore sanguis eat.
Hunc Patris et Matris calido conjunge cruori.
Atque Magistrorum post benè claude globum.
Tum Leo magnanimus, numerosa prole beatus
Haeredes cernet corporis inde sui.


“Como Orfeo a Eurícide, el hermano desposará a la hermana, y de sus cuerpos se verterá la sangre. Júntala al humor cálido del padre y de la madre, después cierra con cuidado el globo de los adeptos. Entonces el fiero león de prolífero cuerpo contemplará, feliz, su numerosa prole."

Representa la persuasión, las mujeres con gran serenidad sobre los leones. Necesitamos transformar el plomo de la personalidad en el oro del espíritu, este trabajo sólo es posible en el laboratorio del alquimista. La clave está en dos palabras: solve et coagula, la transmutación de los instintos animales en voluntad. La pasión sexual en amor. Los pensamientos lujuriosos en comprensión.
DUODÉCIMA CLAVE:
Serpentem Leo magnanimus si forte vorabit

Mercurious flores tum tibi mille dabit.
Nam sine fermento lapis haud operatur ad aurum :
Iunctus at ingressu tingere multa potest.
Hoc usus medio clausa omnibus omnia cernes
Et facilem adspicies ad tua vota Deum.


“Si el león generoso devora la serpiente, mercurio te dará flores a millares. La piedra sin fermento no puede producir oro, pero teñirá mucho unida a él por ingreso. Por ella verás todo lo que está oculto, y Dios será propicio a satisfacer tus deseos”.

Así como el león transforma a la serpiente en su propia carne cuando la devora, así también, el poder de Devi Kundalini, el fuego sagrado transmutado, elimina todos los defectos, los errores. He aquí el arcano 12, quien posee el oro fermentado puede tener la dicha de Ser realmente.

Susana Margarita Rodríguez Licea. ICQ San Luis de la Paz, Gto. México

1 comentario:

  1. Resulta muy interesante esta informacion ya que incluyen al Devi Kundalini.

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